Año III – Edición Nº 190 – Domingo 30 de noviembre de 2008
Pampita
La soñadora más glamorosa |
Muchos opinan que es la revelación de esta edición de Bailando por un
Sueño. Primero sorprendió con su capacidad de recuperación al bailar a
un mes de haber sido mamá y después con su destreza, gracia y simpatía
al interpretar los distintos ritmos. Hoy está a un paso de la final y afirma que el sueño es lo que la motiva a seguir adelante. Además, hace un balance de
todo el 2008 y explica por qué, a pesar de pasar por un divorcio mediático
y de escuchar rumores de infidelidad, éste fue para ella un año divino.
Si el año pasado alguien le decía que en 2008 iba a estar casi en la final de Bailando por un Sueño, ella hubiera devuelto una sonrisa incrédula, aun cuando había tenido una muy buena performance en la versión trasandina del programa, durante 2007. Hoy, a pocas semanas de que termine el ciclo de Marcelo Tinelli, Carolina Pampita Ardohain está a pasitos de consagrarse la gran ganadora del certamen y méritos no le faltan. Durante las 40 semanas que aproximadamente dura el ciclo, demostró sus aptitudes para la danza y asombró al público realizando complejas coreografías a un mes de haber sido mamá de Bautista, su segundo hijo, que hoy ya tiene 9 meses.
A fuerza de trabajo y de mucho sacrificio, logró ser la última modelo en permanecer en la competencia, y su gracia y destreza produjeron una catarata de ofertas laborales que aún no tiene confirmación, porque su destino está atado al de su pareja Benjamín Vicuña.
Rubia casi platinada, es la cara de Garnier en la Argentina. Por su contrato está dispuesta a cambiar seis veces más su color de pelo en los próximos dos años, ahora tiene el tono 100 de Nutrisse. Muy enamorada, y feliz por la familia que formó (que incluye a Blanca de 2 años), reflexiona sobre todo lo que vivió en estos últimos meses y se entusiasma con la recta final del certamen.
-¿Pensás que vas a llegar a la final?
-Sinceramente no puedo imaginarme ahí, tal vez sea por una cuestión de autodefensa para no ilusionarme. Me veo más semana a semana, pensando en que vamos a zafar y que vamos a seguir. Es raro… pero tengo la sensación de que todavía no es el momento de irme del Bailando…
-Si llegás, ¿creés que podés ganar?
-Tengo la ilusión de ganar. Ese es el motor y la fuerza que hay que tener para estar bailando ahí. Para ganar te la tenés que creer y ponerle pilas, porque si no, sale como si lo hicieras a medias. Fueron muchos meses y con mi bailarín, Nicolás Armengol, tenemos un sueño hermoso: el de construir un área de recreación para la parte oncológica del Hospital Garrahan, donde los chicos descansarían entre una radioterapia y la otra, y donde los papás recibirían información sobre cómo tratar a sus hijos. Tengo una gran ilusión con eso y todo el tiempo estoy concentrada en el sueño. Es la primera vez en mi vida que estoy haciendo algo que es por el bien de los demás: no es por mí, ni por mi familia, ni por mi carrera. Es por estos chicos.
-¿Y a nivel personal qué te motiva?
-Hace mucho tiempo que lo que me impulsa es el sueño y no otra cosa. Eso es lo que me da fuerzas para seguir, preparando tres bailes por semana y dedicándole tanto tiempo.
-¿Cómo hacés para organizar tu agenda con tantas exigencias?
-¡Puff…! En este último mes, realmente fue un lío.
-¿Qué es lo primero que vas a hacer apenas termines el programa, independientemente del resultado?
-Voy a descansar, tomar sol, ver a las amigas que este año dije que iba a visitar porque estaba acá en la Argentina, y es impresionante porque ¡nunca hablé tanto por teléfono en mi vida! (risas). No tuve un segundo para encontrarme con ellas. Por otro lado, aunque gane o pierda, me voy a Chile a pasar las Fiestas y si lamentablemente me toca terminar el programa antes, me voy a España unos días con Benja como minivacaciones, porque tiene que ir a presentar una película. Ese sería mi premio consuelo.
-Pero todavía seguís en carrera y acabás de bailar en el caño por segunda vez. ¿Te sentiste cómoda haciéndolo?
-Este último no fue tan osado como la otra vez, porque ni siquiera hubo tanta interacción con mi compañero. Al haber dos caños fue mucho más acrobático y ¡salió de milagro porque tuvimos re-poco tiempo para prepararlo! (risas)
-La vez anterior fue mucho más hot y bajaste el tono cuando estuviste sentenciada, ¿te decepcionó mucho el mal puntaje que te dieron por aquella actuación?
-No, no fue eso. Es que en la sentencia siempre tratás de estar cómoda para que la coreo salga perfecta. Casi todos cambian el vestuario, porque lo que importa es el baile y no tanto el show. Todo tiene que salir impecable. Además, la sorpresa de hacer un pseudo topless había pasado. No había necesidad de repetirla.
-¿Por qué pseudo? ¿No era un bodypainting?
-No, era un bikini pegado con adhesivo para piel, con piedritas, de tela elastizada y daba esa sensación porque era color piel. Yo estaba re-cómoda bailando, pero a la vista de la gente daba la sensación de que no tenía nada. Fue un truquito y Benja ya sabía cómo iba a ser. Lo había visto antes.
-Y con este tipo de performances, ¿se te abrieron nuevas puertas a nivel profesional con este programa?
-Sí, hubo varias propuestas. Nito Artaza me ofreció hacer temporada como vedette este verano, pero lo descarté de plano, porque no quería seguir con un ritmo tan intenso cuatro meses más. No es que no me interese el tema. A mí me encanta meterme en todos los detalles y me gustaría que hicieran algo a mi medida, sentir que puedo bailar, y no sólo bajar una escalera. De todas maneras, no es algo que me desespere. Este año fue muy desgastante a nivel físico.
-¿En el verano vas a descansar entonces?
-Sí, sólo voy a hacer desfiles y producciones de fotos, que a lo sumo llevan una tarde. Es poco. No quería estar comprometida en una temporada de lunes a lunes y sin un descanso. Sentí que así de corrido, hacer algo tan intenso, era demasiado.
-¿Y el año que viene qué vas a hacer?
-No sabemos todavía, porque todo depende de las ofertas y los trabajos de Benjamín. No sé si vamos a vivir acá, en Chile o en dónde. Hay un montón de propuestas para el año que viene si nos quedamos. Tengo para elegir entre trabajos diferentes. Cosas que nunca imaginé, como teatro y comedias musicales. Este año fue una academia acelerada de baile: ¡aprenda 40 ritmos en un año! (risas)
-Ya casi estamos en diciembre y éste suele ser un mes de balance, ¿cuál sería el tuyo de este 2008?
-Fue divino. Primero porque me reencontré con mi gente al volver a Argentina y me lo traje a Benja. Además, nació mi hijo Bautista, que me tiene loca de amor y estoy fascinada. Blanca no está para nada celosa y como es el segundo, lo vivo mucho más relajada. El tercero ¡ni te cuento lo que será! (risas) Me encanta la idea de tener una familia numerosa, pero todavía no. Por lo menos vamos a esperar hasta que empiece a hablar Bauti y falta un tiempo para eso (risas).
-Este año también tuviste la audiencia de divorcio de Martín Barrantes. ¿Cómo lo viviste?
-Fue un trámite, nada más. Era algo que estaba pendiente y había que terminarlo. Ya fue. Me saqué un peso de encima y di por terminada una etapa que sabía que iba a durar bastante.
-¿Cómo te hizo sentir que el fallo de la Justicia te señalara como una mujer adúltera?
-Nunca me ilusioné con que fuera otro el dictamen, porque me lo esperaba. Además, era lo que decía la ley y no había mucho para hacer. Ya sabía que iba a pasar esto. Lo único que me importaba era que terminara. Yo ya formé otra familia hermosa hace unos cuantos años y dejé atrás todo eso. Fue sencillamente eso: un trámite que se demoró un montón de años. No me sorprendió ni me afectó. Ninguna de las dos cosas. Lo mejor que me podía pasar era que terminara de una vez.
-Este año también hubo rumores de que Benjamín estaba en una relación con Isabel Macedo, su compañera de elenco en Don Juan y su Bella Dama. ¿Te pusiste celosa?
-No, para nada (risas). Sentí rabia en el momento porque no somos sólo Benjamín y yo, está nuestra familia de por medio y no me gusta que los involucren. Pero ya pasó. Ya estoy acostumbrada a verlo en las películas y en novelas, y no me sorprende nada de las escenas en que actúa. Pero acá era la primera vez que la gente lo veía y por eso empezaron esos rumores. Gracias a Dios nosotros estamos tan bien que no dudé ni un instante.
-¿Qué hacés para proteger a tu familia en esas situaciones?
-Creo que mucho no se puede hacer. Lo único que espero es que se lo tomen como lo tomamos Benja y yo, que no le damos importancia. Cuando sean más grandes va a ser casi imposible que no se enteren de las cosas que se dicen, por la tecnología y todo eso. Pero todavía falta mucho como para preocuparse (risas).
-Y ahora que estás habilitada legalmente, ¿te vas a casar?
-Sí, creo que sí. El año que viene tal vez. Este año ya no da. Hay que disfrutar del momento y no quiero hacer nada a las apuradas, ni por las expectativas de los demás. Hay que vivirlo tranquilo y hacerlo bien porque también va a ser una experiencia importante para nuestros hijos, no sólo para Benja y para mí. Ojalá el año que viene tengamos el tiempo para hacerlo y vivirlo de manera natural. A los dos nos encantaría.
-¿Dónde se casarían?
-Y… donde estemos.
-Tenés una vida muy itinerante…
-Es que estoy entregada a este muchacho viajero (risas). A mí me gusta que él elija lo que quiera y lo que le haga bien a su carrera. Y atrás de él vamos a ir Blanca, Bautista y yo.
Texto: Luján Araujo
Producción: Carolina Mergherian
Fotos: Raul de Chapeaurouge
Asistente de fotografía: Benjamín Berro
Peinó: Margarita Porto para Estudio Lamensa .
Maquilló: Micky Nazar para Frumboli-Novillo con productos Lancôme
Agradecimiento: Palacio Duhau – Park Hyatt Buenos Aires (Locación)